En mi opinión personal, ser argentinos es -entre muchas cosas positivas y negativas que nos identifican culturalmente-; ser también expertos en ‘naufragios’. Este 2018, ha sido particularmente un año de clima irregular y de olas gigantes, intensas.
Ha habido incertidumbre, sacudones y alertas permanentes para la mayoría de nosotros y es en estas situaciones en donde más cobra sentido la formación y el aprendizaje compartido.
Estoy convencida que el aprender nos trae recursos, nos abre nuestra cosmovisión y nos coloca en la emoción de la curiosidad, la colaboración y el entusiasmo. Nos genera ‘otro estado desde el cual observar y hacer’ aunque el entorno sea dificultoso como ha sido el de este 2018.
Este año he estado de ambas veredas: acercando y compartiendo ofertas de aprendizaje de primer nivel con clientes y colegas y tomando aprendizajes en el mundo, para el mundo organizacional.
La colaboración, apertura, el intercambio como grandes recursos posibilitadores han estado a granel y a disposición para hacer.
En ambos casos: dando o tomando aprendizajes; ha sido vital la importancia del trabajo en redes a veces y en equipo otras.
Una red de aprendizaje a la que quiero agradecer especialmente es la de SYST® Internacional, red de la que pude recibir y tomar nuevos recursos para que el propósito que nos mueve como consultores externos; sea enriquecido y ampliado.
Quiero destacar especialmente la formación realizada este agosto 2018 en Alemania organizada por SYST® Internacional para Intervenciones Estructurales Sistémicas en los Equipos de la mano de Iris Hunziker.


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